Por motivos evidentes. Porque las raíces de las torturas y la violaciones del Estado son profundas, y están normalizadas. Porque ese Estado destrozará terruqueando a todo aquel del que sospeche que puede resultar una amenaza a su impunidad. No es fácil. Lo del beso es fácil.
Habia sido muy común que 'soldados tan encarnizados y cebados en maltratarlos que casi aposta les mueven ocasiones con que los indios se alcen para después[...] por castigo jurídico EMPALARLOS y aperrearlos o comerlos con perros como a fieras'. Padre Pedro Aguado, década de 1560.